Produção Científica - Artigos e Capítulos

Fenomenología

En el prefacio a la obra Terapia Gestalt, texto inaugural del abordaje que lleva el mismo nombre, sus autores presentan la orientación general de la investigación que proponen:
(...) desplazar el objeto de la psiquiatría: en lugar de hacer un fetiche de lo desconocido, de adorar al “inconsciente”, era preferible dedicarse a los problemas y a [la fenomenología de la awareness]. ¿Cuáles son los factores que actúan a nivel de la awareness, y cómo las facultades que no pueden funcionar eficazmente salvo en los estados de awareness pueden perder esta propiedad? (PERLS, HEFFERLINE Y GOODMAN, 1951, p. xli, cursiva y negrita es nuestra).

He ahí, entonces, la primera aparición del término fenomenología en la literatura de la Terapia Gestalt. Fenomenología aparece aquí como la disciplina por cuyo medio Perls, Hefferline y Goodman pretenden aclarar en qué sentido la noción de awareness lanza las bases para una nueva concepción sobre las formas de contacto entre el hombre, el semejante y el mundo – formas estas a las cuales denominan de sistema self.

Inspirado en el uso que Edmund Husserl dio a la expresión ‘fenomenología’, Martín Heidegger establece para ella una nueva etimología. Heidegger (1927, §7) explora el hecho de que el verbo legein (discursar), de que el sustantivo logia es derivado, ser sinónimo de apophainesthai, lo cual, a su vez, es compuesto por el prefijo apo (que significa hacer ver) y phainesthai (que es una forma verbal reflexiva que significa “manifestarse desde sí”). De donde proviene la traducción de la expresión “fenomenología” (legein ta phainomena) de la siguiente forma: hacer ver, a partir de sí mismo, aquello que se manifiesta, tal como, a partir de sí mismo se manifiesta (apophainesthai ta phainomena). Fenomenología, en ese sentido, no es el estudio de lo que aparece, sino el hacer ver – en el ámbito de nuestra experiencia – aquello que se manifiesta desde sí, tal como se manifiesta desde sí. Lo que se manifiesta desde sí, a su vez, no es una cosa objetivada, ya inscrita en nuestro código natural, en nuestras definiciones espacio-temporales. Las cosas naturales se muestran a partir de nuestra definición de naturaleza y no a partir de ellas mismas. Razón por la cual, para la fenomenología, el manifestarse desde sí implica una espontaneidad, a la cual las cosas naturales cuando mucho representan, pero no agotan. El término intencionalidad intenta nominar esa espontaneidad, sin “autor” empírico, mas a partir de la cual pasamos a representar entidades empíricas, sean estas: hombres, mujeres, otros animales, plantas o cosas inanimadas. Hacer fenomenología, por consiguiente, es hacer ver el “primado” de esa intencionalidad primera e impersonal, que se muestra desde sí antes mismo de que nuestros instrumentos reflexivos de él se pudieran apoderar – lo que justifica que Husserl y Heidegger, cada cual a su modo, intentasen utilizar un lenguaje propio, diferenciado del lenguaje natural o científico. Incluso más, hacer fenomenología es hacer ver la irreductibilidad de ese primado, que nunca conseguimos dominar, tal cual el tiempo, que no para de escurrir. Además para todos los fenomenólogos, el tiempo es la forma íntima de la intencionalidad.

Sin embargo, esa espontaneidad que se revela a partir de sí misma tal como ella es vivida a cada instante y de manera impersonal, Perls, Hefferline e Goodman la denominan de awareness. Ya en la obra Ego, hambre y agresión (1942), Perls utilizaba el término awareness para designar la forma como Kurt Goldstein sintetizaba, traspasándola para el campo de las relaciones organísmicas, la noción fenomenológica de “intencionalidad”. Lo que significa decir que, a diferencia de Husserl y Heidegger, los fundadores de la Terapia Gestalt no creen que sea preciso abandonar el discurso natural para describir los procesos intencionales. Tal como el fenomenólogo Maurice Merleau-Ponty (1945), los fundadores de la Terapia Gestalt creen que la ciencia ella misma es capaz de apuntar el primado de esa espontaneidad que se revela por sí. Incluso así, Perls, Hefferline y Goodman se mantienen fieles a la mirada fenomenológica sobre la noción de intencionalidad, cuando admiten que la awareness es un acontecimiento eminentemente temporal. En este sentido, en la tercera parte del segundo volumen de la obra Terapia Gestalt, cuando describen el flujo de awareness en los términos de un sistema al cual denominaron de self, sus autores mencionan que la “clasificación exhaustiva, la descripción y el análisis de todas las estructuras posibles del self” constituye “el sujeto-objeto de la fenomenología” (1951, p. 195). Conforme ellos, se trata de entender el self como la ‘actualización del potencial”, lo que significa decir que:

[e]l presente es el pasaje del pasado hacia el futuro, y pasado, presente y futuro son las etapas de un acto del self cuando contacta la realidad. (Es probable que la experiencia metafísica del tiempo sea, en primer lugar, una lectura global del funcionamiento del self) (PERLS, HEFFERLINE e GOODMAN, 1951, p. 191)

La afirmación lacónica, pero crucial, que reconoce en la experiencia metafísica del tiempo el sentido profundo del funcionamiento del self, no deja dudas sobre la orientación fenomenológica de las descripciones que sus autores pretenden establecer. Al final, la experiencia metafísica del tiempo es justamente el tema del cual se ocupa Husserl en sus Lecciones sobre la fenomenología de la consciencia interna del tiempo (1983); tema ese que reaparece articulado con la noción de intencionalidad en la obra Ideas (1913), la cual, por su vez, sirvió de base para Goodman proponer la redacción definitiva de la teoría del self, según él mismo admitió en carta dirigida a Wolfang Köhler (conforme STOEHR, 1993, p. 80).

En el campo de la práctica clínica, la noción de fenomenología se presta para designar una postura de disponibilidad del terapeuta en relación a aquello que se muestra en la sesión como algo “obvio”, pero no necesariamente ligado a una causa o a un agente determinado. Se trata de los hábitos inhibitorios, de los estados de ansiedad y angustia, de las creaciones motoras y lenguajeras, entre otros acontecimientos espontáneos e inesperados compartidos en la sesión terapéutica. Al terapeuta importa puntuar el modo “como” esos acontecimientos se muestran desde sí en la actualidad de la sesión, retornen ellos del pasado, diríjanse ellos al futuro. La fenomenología es aquí menos una metodología de intervención que una actitud de concentración en aquello que se muestra desde sí.


AUTORES: MÜLLER, M.J.; GRANZOTTO, R.L.

REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS

HEIDEGGER, M. 1927. Ser e Tempo. Trad. Márcia Cavalcanti. Petrópolis: Vozes, 1989.
HUSSERL, E. 1893. Lições para uma fenomenologia da consciência interna do tempo. Trad. Pedro M. S. Alves. Lisboa: Imprensa Nacional – Casa da Moeda, [s.d.].
______. 1913. Ideas relativas a una fenomenologia pura e una filosofia fenomenológica. Trad. José Gaos. 3 ed. México D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1986.
MERLEAU-PONTY, M. 1945. Fenomenologia da percepção. Trad. C.A.Moura: SP, Perspectiva, 1994.
PERLS, Frederick; HEFFERLINE, Ralph; GOODMAN, Paul. 1951. Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana. Trad. Carmen Vázquez Bandín. Ferrol: Sociedad de Cultura Valle-Inclán, 2006, 3 ed.
PERLS, F. 1942. Ego, Fome e Agressão. Trad. Georges Boris. São Paulo: Summus, 2002.
STOEHR, T. 1994. Aquí, ahora y lo que viene: Paul Goodman y la psicoterapia Gestalt en tiempos de crisis mundial. Trad. Renato Valenzuela. Santiago: CuatroVientos, 1997.